La semana pasada tuvo lugar una de
las misiones espaciales más fascinantes de los últimos tiempos: después
de viajar por más de nueve años, la sonda de la NASA New Horizons se
aproximó a Plutón y capturó imágenes que muestran a este planeta
devenido enano como nunca antes lo habíamos visto.
El momento más
emocionante ya pasó, pero la misión está lejos de haber concluido: en
los próximos 16 meses la nave -ahora en camino hacia otros objetos del
cinturón de Kuiper- irá enviando todo lo que registró durante su
expedición, e interpretar estos datos puede demorar años.
Pero además de este proyecto, hay otros variados y emocionantes que prometen asombrarnos con sus aportes en los próximos años.
Te contamos
cuáles son y por qué vale la pena estar pendientes.
ExoMars
¿Hay o hubo vida en Marte? Esto es, básicamente, lo
que la misión ExoMars, un programa conjunto de la Agencia Espacial
Europea (ESA, por sus siglas en inglés) y la rusa Roscosmos intentará
responder.
Si la hubo,
lo más probable es que existiese en
los primeros mil millones de años después de que se formó el planeta,
cuando su superficie era más cálida y más húmeda de lo que es hoy día. Por eso el objetivo consiste en buscar señales de vida pasada.
Misión de Redirección de Asteroides
Si
la misión Rosetta, exitosa en su propósito de posar por primera una
sonda espacial sobre un asteroide, te pareció ambiciosa, ésta te va a
dejar sin aliento.
El plan de la Misión de Redirección de
Asteroides (ARM, por sus siglas en inglés) de la NASA consiste en
identificar, capturar y trasladar un asteroide a una órbita alrededor de
la Luna para que astronautas en un futuro puedan acercarse y obtener
muestras.
Júpiter
La ESA tiene previsto enviar en
2022 una nave al espacio para estudiar las lunas heladas de Júpiter.
La
nave, que se tardará cerca de 8 años en llegar, sobrevolará Calisto y
Europa antes de posarse en Ganímedes, la luna más grande del Sistema
Solar.
Ganímedes es la única luna del Sistema Solar que genera su propio campo magnético.
La sonda hará observaciones durante tres años.
Se cree que bajo la capa helada de estos satélites hay océanos de agua líquida.
Solar Orbiter
Con fecha de lanzamiento prevista para
2018, el Solar Orbiter (ESA) será el primero llegar a la distancia más cercana al Sol, orbitando a tan solo 42 millones de kilómetros de la estrella.
Allí, la intensidad de la radiación solar es 13 veces superior a la
que llega a nuestro planeta, y las temperaturas pueden alcanzar los
520°C.
El satélite
tomará fotografías y medidas desde la
órbita interna del planeta Mercurio para obtener datos que permitan
conocer mejor la dinámica del Sol.
La misión busca
profundizar nuestro entendimiento sobre cómo funciona el Sol y su
influencia sobre el entorno, especialmente el modo en que genera y
acelera el flujo de partículas cargadas que envuelven al resto de
planetas.
Orión
Más grande y moderna que la nave Apolo, la Orión de la NASA está diseñada para
llevar hasta seis astronautas hacia las profundidades del espacio.
El objetivo final es llevar al hombre a Marte a mediados de la década de 2030.
En 2014, se puso a prueba con éxito en un vuelo no tripulado.
La primera misión tripulada tendrá lugar en 2021.
Telescopio James Webb
Este telescopio espacial busca
reemplazar al Hubble.
Tiene una
potencia 100 veces superior a su antecesor
y, según afirman los científicos a cargo del proyecto, podrá obtener
imágenes sin precedentes de las primeras galaxias que se formaron en los
inicios del Universo.
Su espejo principal tiene un diámetro de 6,5 metros (en comparación con
los 2,4 del Hubble) y está formado por 18 espejos hexagonales que juntos
forman uno.